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lunes, 12 de abril de 2010

La suerte de la fea...

Hay algo que no entiendo, ¡cómo es posible que ella esté con ese hombre! y ¡con esa cara!. Me subí a la micro y había una pareja de pololos, él muy agraciado, tenía cara de simpático e incluso era complaciente con ella. La Mona Lisa, por su parte, ni sonreía, pálida, poco agraciada y no se contentaba con lo que le contaba su "hombre". Pero a pesar de lo bruja que podía ser, de tener la escoba entre las manos, lo tenía comiendo de su mano, por lo que me llevó a preguntar ¿qué tiene ella que no tenga yo?

No es que esté envidiosa, si al final uno nunca sabe lo que pasa entre sus cuatro paredes. Lo he visto en las pololas de mis amigos, que siempre andan con una cara de paco. Una lata en verdad. Hay uno en particular que se busca las de ese "perfil", como si le gustara que lo trataran con el látigo y lo anduvieran paqueando, es que claro sino de otra forma no podrían estar juntos. Él nunca ha sido de los trigos limpios, siempre anda con historias por aquí y por allá y a cada lugar que va se encuentra con una de ellas. Debe ser realmente incómoda para "ella", que sabe de su naturaleza frescolina. Pero qué podrá hacer, así lo conoció y por algo lo paquea tanto. Ella tampoco es tan fea, lo que pasa es que con su cara lo dice todo, se nota que lo pasa mal...


Aún así, de cierta forma, las lindas envidiamos a las feas. Cómo pueden andar con ese modelito al lado?, qué tienen las feas (y ni siquiera tan feas) sino las pesadas, las cabronas que a ellos les gustan tanto?. Derrepente me pregunto, ¿cómo conquistaron a estos galanes con esa cara de palo? Ah qué más da, dicen que uno tiene lo que se merece, pero a veces insisto en que cupido me tiene mala y que se equivocó conmigo, que me manda puros pasteles derretidos y que tiene envidia por que soy bonita. Estoy segura que es eso.

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