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lunes, 23 de abril de 2012

Chao relaciones tortuosas

Terminar una relación "en buena" es bastante sano, pero ¿qué tan bien hay que terminarla como para saber que está terminada y no hay posible recaídas?
Es una constante de muchos pololeos, que terminan y recaen y vuelven a caer y comenzar. No es malo darse una, dos, tres, cuatro, cinco oportunidades, si es que en verdad sienten que hay amor pero cuando la relación ya está desgastada, tortuosa y hay mucho sin respeto... ¿vale la pena la oportunidad?
La semana pasada veíamos por los medios de comunicación la pelea que tuvo Kel Calderón con su novio Pablo Schilling, que llegaron hasta las manos después de un carrete. Ambos iban con traguitos demás y ya estaban cansados, me imagino, pero de todas maneras el maltrato no tiene excusa en ningún sentido. Me cargó que los periodistas farandulizarán esta grave situación, que pasa hasta en las mejores familias. Sí, se trata de femicidio o un indicio de este. El mismo hermano de Schilling le replicaba, ¡ahora es un empujoncito! pero después, ¿qué va a ser?, ahí fue cuando del musculín afloraron las lágrimas en el programa "Secreto a Voces" de Mega. Este tipo de relaciones, donde ya no hay respeto, ¿vale la pena continuar?
Yo casi nunca termino en buena con los pololos que he tenido, sólo con el tiempo se da la amistad. Me he preguntado si tiene que ver con mi "inmadurez" o una decisión certera. A mí me ha servido, para olvidar, pero no siempre se olvida del todo cuando se termina "en mala", como que hay ALGO pendiente que siempre te hará pensar en "ese personaje", sobre todo si fue tan importante. Sin embargo, si la relación era tortuosa como la de Kel y Pablo, lo mejor era terminar para siempre, sin preguntarse ¿y si hubiera resultado? Esas relaciones ya están desgastadas y necesitan muuuuuuuuuuuuuucha terapia, sólo así pueden continuar y, sobre todo, si los dos están de acuerdo, porque si los caminos se bifurcan mejor es decir adiós.

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