Ni ahí con los mano e guagua

"La noche veraniega de Febrero nos entibiaba los labios. Nos abrazabamos de vez en cuando para respirar el mismo aire. La luna estaba romántica y entre destellos también lo estaban sus ojos. Todo iba de "viento en popa", hasta que llegó la hora de irnos. Después de una velada tan romántica me fue a dejar a la casa (o al menos eso intentaba). Llegamos al paradero y la micro demoró mucho tiempo en pasar, así que como era tarde decidimos tomar un taxi. Nos subimos, avanzamos y justo llegó la micro... ¿pueden creer que me hizo bajar del taxi para correr y tomarla?.

Está bien hay que ahorrar... pero es como mucho no?"

Es probable que tenga que asumir este problema, pero no puedo aceptar que me hablen de plata cuando estamos en ànimos de conquista. "Gasté esto, gasté esto otro, comimos esto, pagamos esto otro". La verdad que no hay cosa más que me moleste que me hablen de lo que han gastado cuando están conmigo, me desiluciona de inmediato.

Es cierto, el drama es mío. Hay que ser consciente que se viven momentos de crisis y que no todos tienen el dinero suficiente como para deslumbrarte en una cita. Pero la verdad yo no busco eso. Quedo conforme con un helado de piña de $200 y una buena conversaciòn en una plaza. No puedo soportar que cuando hemos terminado de comer llegue la cuenta y el acompañante me mire de reojo y diga "¿teni algo?".

A eso me refería con ser caballero. Si usted hombre, macho recio, que tiene algo entre las piernas, invita a una señorita, a una chiquilla que le interesa, a la mina que le roba el sueño... porfa sea cortes... Lo cortes no quita lo caliente... eso dicen, pero a lo que me refiero es que si tiene una cita, sea caballero, pague la cuenta, esfuércese por alcanzar eso que quiere tener entre sus manos (o dientes) o lo que sea. Mínimo romper el chanchito, pedir limosna en la casa o trabajar en un "pololito" si va a invitar a alguien a salir. No sea desubicado y al final de la cita diga "¿teni algo?", es como botar a la basura todos los puntos a favor que ha alcanzado.

Quizás el drama mío viene de la infancia que siempre le cuidé la economía a mi padre y me cargaba escuchar cuando decía "esto me salió caro, teni que cuidarlo", lo que hacía ponerme nerviosa. Típico que lo perdía o lo echaba a perder, mientras más me decía que lo cuidara, más lo estropeaba y me sentía culpable. Creo que por ahí se puede derivar el problema con el signo peso. Pero tampoco creo estar tan equivocada, me niego a creer que los caballeros están en extinción, que hay quienes les da lo mismo qué gastar en tal persona y aunque tienen pocos recursos se las ingenian para sorprender a su pareja. Hasta una flor del jardín es bienvenida. Si de verdad las mujeres somos mucho más simple de lo que ustedes hombres piensan, sólo queremos que nos traten como reinas, como decía una amiga por ahí.