Una de las características que menos tolero del sexo masculino es que sea inseguro. Está bien, no todos tenemos las mismas cualidades y algunos deben esforzarse mucho para hacerlas notar, pero ahí a que te digan "tú eres bonita, nunca te podrías fijar en mí", eso es otra cosa. Dejan justo ese maldito silencio para que una, con corazón de abuelita, les responda "que mentira, pero si tú eres muy lindo, una muy buena persona, etc..." cualquier cosa con tal de que no se corte las venas. Eso de verdad me mata.
El aura de inseguridad se nota a metros de distancia y suelo huir de ella. Basta con mirar cómo camina, cómo se acerca a ti y de lo que habla cuando entabla una conversación. Y así dicen que las mujeres chilenas somos malas porque no bailamos con los hombres. En las discos se nota: se acercan dos chicos con cara de "pucha yo sé que soy muy poco para ti, pero porfavor baila conmigo..." como suplicando la situación. Unas ven la cara de cordero degollado y aceptan, otras, simplemente, huelen el miedo y los mandan a freir monos.
No puede ser que entre las primeras palabras se destaquen más "tragedias" que alegrías, sinceramente, recibirán un rechazo como respuesta. No es por mala, pero no podemos presentarnos ante una persona que nos gusta contándole todas nuestras tristezas o fracasos en la vida, por último conquistemosla primero. Si bien, muchas mujeres destacan la sinceridad de los hombres cuando se conocen, pero la verdad en una fiesta no pueden darse ese tipo de comentarios, menos en la primera cita.
Creen que la hacen de oro. No sé que se les pasará por la cabeza "ah a esta mina si le digo que me ha ido mal en el amor, le va a dar pena y me va a querer abrazar"... ¿creen que con resaltar la imagen de una y apocándose van a conquistarme?. De verdad me siento hueca hablando así, pero no creo estar tan alejada de las opiniones de otras mujeres. O puede ser, como me dijeron mis amigas, que me gustan los hombres que se creen el cuento. Y tiene algo de cierto. Hay que darselas de ganador cuando entramos en el juego del amor. No podemos entrar derrotados si todavía no lo entregamos todo y lo que nos espera es incierto: podemos recibir un sí o, en el peor de los casos, un no. Y si es "no"... hay muchos peces en el mar.
"Mejor tentarse a dejar de intentar", como dice el gran sabio Diego Torres, en su canción "Color Esperanza".
El aura de inseguridad se nota a metros de distancia y suelo huir de ella. Basta con mirar cómo camina, cómo se acerca a ti y de lo que habla cuando entabla una conversación. Y así dicen que las mujeres chilenas somos malas porque no bailamos con los hombres. En las discos se nota: se acercan dos chicos con cara de "pucha yo sé que soy muy poco para ti, pero porfavor baila conmigo..." como suplicando la situación. Unas ven la cara de cordero degollado y aceptan, otras, simplemente, huelen el miedo y los mandan a freir monos.
No puede ser que entre las primeras palabras se destaquen más "tragedias" que alegrías, sinceramente, recibirán un rechazo como respuesta. No es por mala, pero no podemos presentarnos ante una persona que nos gusta contándole todas nuestras tristezas o fracasos en la vida, por último conquistemosla primero. Si bien, muchas mujeres destacan la sinceridad de los hombres cuando se conocen, pero la verdad en una fiesta no pueden darse ese tipo de comentarios, menos en la primera cita.
Creen que la hacen de oro. No sé que se les pasará por la cabeza "ah a esta mina si le digo que me ha ido mal en el amor, le va a dar pena y me va a querer abrazar"... ¿creen que con resaltar la imagen de una y apocándose van a conquistarme?. De verdad me siento hueca hablando así, pero no creo estar tan alejada de las opiniones de otras mujeres. O puede ser, como me dijeron mis amigas, que me gustan los hombres que se creen el cuento. Y tiene algo de cierto. Hay que darselas de ganador cuando entramos en el juego del amor. No podemos entrar derrotados si todavía no lo entregamos todo y lo que nos espera es incierto: podemos recibir un sí o, en el peor de los casos, un no. Y si es "no"... hay muchos peces en el mar.
"Mejor tentarse a dejar de intentar", como dice el gran sabio Diego Torres, en su canción "Color Esperanza".
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