A todas nos ha pasado que miramos fotos de nuestro pasado y decimos "pero cómo me pude fijar en él".
Frases como "el pasado te condena" son unas de nuestras preferidas y solemos reirnos al fin y al cabo con nuestras amigas de los "troll model" que han pasado por nuestras manos. Me pasó la otra vez que estaba viendo el Facebook de una amiga que había comenzado a pololear, al minuto mi expresión fue "¡pero cómo está con él si ella es tan bonita!" y pensé "¡cuántos habrán dicho lo mismo sobre mí". Esto se da mucho en Chile. La mayoría de los hombres no son muy agraciados y los que hay o están pololeando o son gays, entonces ¿qué queda? fijarse en un feito.
Hay muchos mitos al respecto: dicen que si estás con un feo no te lo van a mirar, que será plenamente fiel a tus encantos y no tendrás problemas con los celos. MENTIRA!, cuando nos enamoramos tendemos a embellecer al hombre, le subimos el ego y hasta lo "encontramos mino", entre las tantas cosas mágicas que produce el amor. No sé cómo, ni porqué, pero la ex que mejora a un hombre lo deja listo para ser galán en una próxima relación. Así pasa, es la ley de la vida. El lugar que no ocupa una, lo ocupa la otra.
Al parecer las mujeres rehusamos el discurso de la superficialidad y creemos que fijándonos en un feo, opinarán mejor de nosotras, pero nunca taaanto. También dicen que el amor es ciego y que al final uno se enamora de la persona. Sí toda esa cursilería es verdad, pero lo primero que queda es la imagen, no conocemos en totalidad a una persona al principio. Pero algo deben tener que nos encantan. ¿Qué?, me pregunto. Y es verdad, ciertos feos tienen sus encantos ya que lo que no desarrollan con su envase lo desarrollan en personalidad, en actitudes y seguridades. Los feos no son vanidosos ni ególatras -no tienen por dónde- y las conversaciones suelen ser sobre temas más interesantes, que las minas aprobamos fácilmente. No te conquistan con la sonrisa simple, ni con la mirada fácil sino que con gestos y actitudes que nos derriten, de cierta forma. Necesitan ser más románticos y tratan de agradarnos más que los otros, por eso quizás los preferimos.
La primera prueba de fuego que tenemos que pasar son las amigas. Siempre queremos su aprobación por lo que le preguntamos "¿cómo lo encontrai?", "es simpático", responde ella. Si la respuesta se refiere a las cualidades íntimas es que simplemente lo encontró feo. Es cierto, en gustos no hay nada escrito y tal como bella y la bestia fueron felices hasta la eternidad, ¿por qué nosotras no podemos serlo con nuestro feito?
La segunda prueba es en la calle. Si hasta los "maestros de la constru" se dan cuenta de que te equivocaste y le gritan "mucha carne para tan poco gato" o "cuidao con el calule". Pero igual le tomamos orgullosa la mano a nuestro feito, a mucha honra fue él quien nos conquistó y no los demás. Además nos hace feliz de eso se trata ¿o no?.
Frases como "el pasado te condena" son unas de nuestras preferidas y solemos reirnos al fin y al cabo con nuestras amigas de los "troll model" que han pasado por nuestras manos. Me pasó la otra vez que estaba viendo el Facebook de una amiga que había comenzado a pololear, al minuto mi expresión fue "¡pero cómo está con él si ella es tan bonita!" y pensé "¡cuántos habrán dicho lo mismo sobre mí". Esto se da mucho en Chile. La mayoría de los hombres no son muy agraciados y los que hay o están pololeando o son gays, entonces ¿qué queda? fijarse en un feito.
Hay muchos mitos al respecto: dicen que si estás con un feo no te lo van a mirar, que será plenamente fiel a tus encantos y no tendrás problemas con los celos. MENTIRA!, cuando nos enamoramos tendemos a embellecer al hombre, le subimos el ego y hasta lo "encontramos mino", entre las tantas cosas mágicas que produce el amor. No sé cómo, ni porqué, pero la ex que mejora a un hombre lo deja listo para ser galán en una próxima relación. Así pasa, es la ley de la vida. El lugar que no ocupa una, lo ocupa la otra.
Al parecer las mujeres rehusamos el discurso de la superficialidad y creemos que fijándonos en un feo, opinarán mejor de nosotras, pero nunca taaanto. También dicen que el amor es ciego y que al final uno se enamora de la persona. Sí toda esa cursilería es verdad, pero lo primero que queda es la imagen, no conocemos en totalidad a una persona al principio. Pero algo deben tener que nos encantan. ¿Qué?, me pregunto. Y es verdad, ciertos feos tienen sus encantos ya que lo que no desarrollan con su envase lo desarrollan en personalidad, en actitudes y seguridades. Los feos no son vanidosos ni ególatras -no tienen por dónde- y las conversaciones suelen ser sobre temas más interesantes, que las minas aprobamos fácilmente. No te conquistan con la sonrisa simple, ni con la mirada fácil sino que con gestos y actitudes que nos derriten, de cierta forma. Necesitan ser más románticos y tratan de agradarnos más que los otros, por eso quizás los preferimos.
La primera prueba de fuego que tenemos que pasar son las amigas. Siempre queremos su aprobación por lo que le preguntamos "¿cómo lo encontrai?", "es simpático", responde ella. Si la respuesta se refiere a las cualidades íntimas es que simplemente lo encontró feo. Es cierto, en gustos no hay nada escrito y tal como bella y la bestia fueron felices hasta la eternidad, ¿por qué nosotras no podemos serlo con nuestro feito?
La segunda prueba es en la calle. Si hasta los "maestros de la constru" se dan cuenta de que te equivocaste y le gritan "mucha carne para tan poco gato" o "cuidao con el calule". Pero igual le tomamos orgullosa la mano a nuestro feito, a mucha honra fue él quien nos conquistó y no los demás. Además nos hace feliz de eso se trata ¿o no?.

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