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viernes, 23 de octubre de 2009

¿Porqué las mujeres van al baño de a dos?

Es la pregunta que todos los hombres se hacen. ¿Porqué no pueden ir solas? He aquí alguna experiencia que leí por ahí.


Desde muy pequeña nos enseñaron que no debíamos sentarnos en la taza del baño por el miedo a contraer miles de infecciones. Nuestra madre nos advertía: "Nunca, pero nunca debes sentarte en un baño público", por lo que cubría la taza con un papel higiénico para que luego hicieras "la posición".

"La posición" consiste en balancearte sobre el inodoro, con las manos sobre él, sin que el cuerpo hiciera contacto con las infecciones. "La Posición" es una de las primeras lecciones más importantes de una niña y que nos acompañará durante el resto de nuestros días. Aún así esta posición es difícil de mantener cuando la vejiga está a punto de reventar. UFFF!!!

En cualquier disco, pub, restorant, siempre hay una cola inmensa en el baño de mujeres que te hace pensar que dentro está el mino más rico. Pero no, es que se demoran en otras cosas. Te resignas a esperar, sonriendo a las demás que también están discretamente cruzadas de piernas y brazos, como diciendo "me estoy meando". Empiezan las piernas a temblar y se agitan tratando de apurar la causa.

Finalmente, ha llegado el momento que tanto esperabas. Abres la puerta del cubículo, ves la taza y dices "ah por fin", vas con la cartera en la mano. El picaporte para sostener la cartera está malo, no funciona, miras hacia el suelo y ves una cantidad de líquidos extraños por lo que no te atreves a dejarla ahí, prefieres sostenerla en una mano o colgartela en el cuello, mientras, con la otra, te sostienes para hacer "la posición". La cartera te pesa y miras adentro y es que antes de salir metiste tantas cosas, que ni si quiera has ocupado y sólo las tienes ahí, POR SI ACASO...

Cuando por fin tienes todo bajo control, te pones en "la posición" y... Alivio... Ahhh!!!... por fin. Ahí es cuando tus muslos empiezan a temblar ya que no aguantas más con "la posición"; estás suspendida en el aire, con las piernas flexionadas, los calzones cortándote la circulación de los muslos, el brazo extendido haciendo fuerza contra la puerta (para que nadie se atreva a entrar) y con la cartera que lleva 5 kg. Toda una multimujer.

Estás a punto de perder el equilibrio pero recuerdas la voz de tu mamá: "nunca te sientes en un baño público" y decides aguantar un rato más. Con suerte, no te mojas la ropa y es que hacer "la posición" requiere de mucha concentración, alcanzas con cuidado el confort, pero... no te alcanza, a penas has podido limpiarte y en el baño no hay más que un rollo vacío (como siempre, como en el baño de Periodismo). Sueltas la puerta y miras dentro de tu cartera, anhelando que entre tantas cosas que echaste haya un pedazo de confort o pañuelo, mientras intentan abrir la puerta y gritas OCUPAAAADOOOOOO!!!!. De un golpe cierran y te relajas porque nadie vió "tus cositas". En eso somos respetuosas las mujeres si ven que hay alguien sentado, no se atreven a entrar nuevamente.

Parece una odisea ir al baño por eso es que nos aguantamos tanto rato antes de ir. Si tu mamá te viera casi sentada en la taza se sentiría defraudada de los consejos que te dió "no sabes la cantidad de enfermedades que podrías agarrarte ahí", diría. Cuando terminaste, exhalas un alivio, te abrochas los pantalones apretados y tiras la cadena con una mano.


Próxima fase en el lavamanos y como todo está lleno de agua sigues sosteniendo tu cartera en el cuello. El agua no funciona bien pero te contentas con un chorro de agua fresca y un poco de jabón que consigues por ahí. Prefieres no usar el secador ya que nunca funciona y te secas las manos en los pantalones.

Y después te preguntan porqué van de a dos las mujeres al baño...

muy simple; mientras una hace sus "necesidades", la otra le sostiene la cartera, le consigue confort y le sujeta la puerta para que nadie la interrumpa en mantener "la posición".

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