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martes, 20 de julio de 2010

Coincidencias ¿nos engañan?


Las mujeres vemos entre líneas, analizamos los nicks de Facebook, interpretamos el mundo y (lo mejor) nos inventamos un cuento que muy pocas veces está cercano a la realidad. Ojalá fuera cierto, que todas esas cosas que pensamos, que coinciden  en nuestra mente fueran de verdad. Nosotras no creemos en las coincidencias, ni en las casualidades si está ahí es porque tenía que ser, porque la vida quiso, porque Dios me lo está mostrando, porque la vida quiere unirte con ese personaje y muchos etceteras.

Cuando el amor se nos cruza, pareciera todo tener ¡tanto sentido! Que justo fue al mismo lugar que tú, que justo estaba en esa esquina, que justo te pusiste esos zapatos que a él le gustan, que justo llegaste cuando él estaba mirando para la puerta, que justo te miró cuando lo miraste, que justo te habló cuando estabas pensando en que ya no te pescaba, que justo, que justo... Todo parece que se confabulara para que pensaras en él. Y se han dado cuenta de que justo cuando echamos todo al olvido, nos resignamos y decimos "ah ya filo, me da lo mismo", es que él se aparece en nuestra vida. Como si le tocara hacerse presente.

El mundo de la justicia, es en el que no vivimos. Y creemos que "quizás no fue coincidencia encontrarme contigo, talvés esto lo hizo el destino" y es ahí cuando el cerebro piensa, cranea y le coinciden todas las piezas. Al final, nuestra vida se traduce en un maldito rompecabezas que sólo tiene sentido en nuestra mente. En esa bendita mente, que se enamora y transgrede todo sentido de realidad y transforma lo feo en bonito, lo desagradable en maravilla y lo terrenal en celestial. Nuestra mente nos caga chiquillas.

Por eso cuando vamos con la otra amiga a contarle todas las señales que ha dejado nuestro galán, esperamos que nos diga "no estás equivocada, si no es como tú lo ves". Esperamos, más bien, que nos aterrice y nos haga ver la realidad. Pero como la otra también es mujer y anda con nubecitas, te anima y al final termina viendo las mismas señales que tú. Un enredo en tu cabeza, a veces crees con todo tu corazón que sí le gustas, que te lo demuestra, pero al otro día las cosas se vuelven diferentes y ya no te quiere, nunca te quiso y jamás lo hará. Pasamos de un momento a otro, así de rápido y fácil, porque nuestra mente o nos da muchas ilusiones o nos aterriza en el pesimismo. Entonces, ¿qué poder hacer? ¿a quién le creo a mi yo derrotado, pesimista, que no espera nada y que lo que ocurra va a ser bueno para él porque no tiene espectativas o al yo optimista que ve todo color de rosa, que no le encuentra defectos y que en cualquier momento las cosas se van a dar y le busca miles de excusas para explicar el por qué no están juntos y cuando se entera de la verdad se va a pique?, ¿a cuál creerle?

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