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lunes, 9 de mayo de 2011

Nos cuesta decir NO



Es una de las palabras que menos ocupamos las mujeres al referirnos a nuestra pareja. Es verdad, por un lado nos dicen que tengamos decisión y opinión, pero a la hora de los quivos palpita el corazón y toda la dignidad se te va a las pailas. Donde manda corazón, no manda la razón.

A veces pensamos que diciendo sí, siendo comprensivas y amorosas, seremos las mejores pololas, creemos que de esa manera nos distinguimos del "enemigo" o llámese cualquier otra mujer que tenga potencial y nos pueda quitar lo que es nuestro. Y claro que estamos en un error, pero es que más grave no puede ser. Es así de simple, si algo no te gusta, hazlo saber, nadie es culpable por decir lo que piensa, no llegues a los gritos ni a los insultos pues bien sabes que de esa manera no se llega a ninguna parte. Sin embargo, puedes mostrarte como eres, más encima estamos hablando de una relación de pareja, que no importando el tiempo, se conocen lo suficiente como para tener como base a la confianza. ¡Exprésate!

No dejes pasar el tiempo, a veces tendemos a guardar lo que sentimos y pensamos para evitar un conflicto mayor. La única receta para mantener una relación es discutir, es tan sano como besarse, hacerse cariño y apoyar a la otra persona. En una pareja existen diferentes visiones, pero qué importa si tienen al amor como filiador.

Sin embargo, si ves que la relación está desgastada, llevas tiempo con ese maldito tiro y afloje y vives pendiente de la decisión que él tome sobre a lo vuestro. Mejor ¡di NO!

Derrepente le tememos tanto a decir No a una relación que nos hace mal, porque estamos enamoradas y lo único que queremos es retenerlo. Pero acaso no lo dijo Daddy Yankee y cuantos otros poetas más... "si vuelve era tuyo, si no es porque nunca lo fue" Es sano para ti dejar que el otro se vaya, no retengas una relación que te produce tanto daño, el desgaste emocional te puede llevar a una depresión y eso es más difícil de curar que unas lagrimitas. A veces, si lo perdemos, lo ganamos, pero si no lo queremos perder, lo perdemos para siempre. Piensa esto, si está destinado para ti, tarde o temprano se van a volver a juntar y no tendrás que ser tú quien fuerce esa relación, sino que se irá dando sola. Sin embargo, tampoco paralices tu vida mientras él no está, recuerda que si es tuyo volverá, si no vuelve es porque NUNCA lo fue. Y si no lo fue ¿vale la pena? con el tiempo te darás cuenta que fue su momento, pero ya no lo es. ¡No te quedes pegada, lo mejor está por venir!

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