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miércoles, 2 de noviembre de 2011

Minos intelectuales





Debo reconocer que con el tiempo las mujeres nos ponemos más exquisitas y qué bueno que sea así. A los 15 soñamos con el de dos cursos más grandes o el hermano o primo mayor de la amiga. A los 18 la cosa va cambiando, nos interesa mucho el cómo visten y de preferencia los más rubios. A los 20 nos interesa la actitud, el galán y el que las "sabe hacer", aqui la pinta manda. Pero con el tiempo el envase queda atrás, nos sacamos la frivolidad y nos empieza a interesar su persona y también su inteligencia. Esto hablando generalmente.
Díganme si no es cierto pero si no tiene tema o ni siquiera lee las portadas de los diarios como que aburre, ¿cierto? La verdad, me ha dado cuenta de que admiro mucho un hombre que sabe de muchas cosas, que se ha dedicado a estudiar ya que de esa manera logra adecuarse en todos los ambientes. Si o no que suma puntos... además es como perfecto para presentarlo con la familia, los amigos y los compañeros de trabajo, en todos lados caerá bien.
Me ha pasado que  me he fijado en hombres que físicamente no tienen mucho, pero logra saber del tema que me interesa e incluso otros más y ya lo miro con otros ojos. No todo es físico y química, también es historia. Con los años una buena conversación se vuelve más excitante que unos músculos. Sí, creo que me ha llegado la vejez. Es que me matan los minos con tema y, debo reconocerlo, mejor aún si sabe de fútbol. Eso es un plus que me hace mirarlo con otros ojos inmediatamente. Imagínate estar en una cita y preguntarle sobre el partido del domingo o el próximo rival de la selección ¡y no sepa nada! es como para preguntarse... ¿quién es el que tiene huevos aquí? En cambio si él sabe de fútbol... ufff!! me mata, me enseña y, mejor aún, me hace sentir mujer. Pero no me refiero a los "hinchas" sino a quienes tienen una visión critica del equipo y se dedica, a pesar de ser fanático, a analizar las jugadas (lease a la onda periodística)
Tampoco me refiero a los eruditos, aquellos hombres que hablan mordiendo los lentes, junto a una copa de vino en la mano. No, esos no. Me refiero a quienes ven las noticias de vez en cuando, han leído algunos libros y siempre traen "la novedad" a las reuniones sociales, no importando la rareza que sea. Él marca pauta, eso sí que suma puntos. Y no necesariamente que use lentes y tenga frenillos... ¿por qué tenemos tan estandarizados a los intelectuales? 

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