¡Chao Facebook!

Hasta que me decidí, ¡cerré el Facebook! que me extrañen y si no pueden vivir sin mí, tengo celular y ya saben dónde ubicarme.

Creo que el Facebook es una red social ¡muy peligrosa! Al menos para mí, me estresa tener tanta información, tanta acumulación de actividad que el 15% de las notitas rojas en el lado superior izquierdo son JUEGOS Y APLICACIONES. "Juanito te envió una barra de chocolate" y eso ¿qué? ¿significa algo? ¿Por qué no me la da en persona? Ese es el riesgo de Facebook, que las mujeres tan sensibles y rolleras como yo, las sobrepasa. Nada es en serio, o si es en serio no importa si total "ES FACEBOOK" 

Esta red social es amiga de la ambiguedad y de la vanalidad. No importa si él te pone "me gusta" a tus estados, a tus canciones y comenta todos tus enlaces, ¿por qué pasarse un rollo? si total es un click, es un teclado y son unas simples palabras. Lo siento, yo me quedé en la era del poder de la palabra, más aún con mi volada periodística. Creo que nada es en vano, detrás de cada gesto o acción hay una intención, por eso en este momento me estresa la ambiguedad de Facebook. 

Hago un llamado para que volvamos a las relaciones "face to face", para que salgamos a las plazas, para que hagamos crecer el mercado de las flores y los chocolates se derritan en las manos. Sintamos el olor de las personas, la química no se siente por medio de los enlaces, los posteos o los "me gusta". Basta de ilusiones ciegas por medio del Internet, donde muestran la mejor parte. Recuérdalo no te enamoraste de él, te enamoraste de su muro... 

A ver cuánto tiempo me dura esta rebeldía, este sentimiento nostálgico de las relaciones reales, ¿cuánto me durará no poner en mi estado lo que pienso, siento? ¿dónde mi ego se verá reflejado si no es en Facebook?, ¿cómo conseguir una cita?, ¿me perderé los carretes?, ¿qué hago con los avisos de trabajo?, ¿extrañaré los posteos en el muro de ese personaje? Son preguntas que se me vienen a la cabeza. Tarde o temprano, volveré, por el momento viviré en la vida real.