La culpabilidad

Cuando terminé con él me sentí ¡tan culpable! y es que me amaba incondicionalmente, al menos eso creía. Decía que yo era el amor de su vida, que quería una vida juntos, pero yo la verdad recién estaba empezando a quererlo. Tanto que me apuró, que me asustó y al final decidí que no era para mí. Lo dejé llorando en la plaza Egaña, sin si quiera mirar hacia atrás. Si miraba, me arrepentía, pero esta vez sabía que era por el bien de los dos.
Los meses siguientes fueron de odio, sentía que por sus ojos me lanzaba llamaradas de fuego, se preocupó de que todos sus amigos lo supieran y de dejarme como "chaleco de mono", todo un despechado. En verdad lo entendí, ni siquiera me dio rabia pero sin querer empecé a sentir culpa, una culpa enorme porque todo el mundo me recriminaba que por fin me había llegado ese amor que en verdad me quería.

¿Les ha pasado, que llega un hombre muy bueno a su vida pero no te mueve el piso? ¿Es bkn pero...? Ustedes me entienden y a veces como una quiere hacerse la madre teresa, la bondad hecha persona se deja llevar por el "sentimiento". No es que una sea mala, si no que da una oportunidad y también se la da uno de estar con una persona que sí vale pena. Ahora, si no resulta no hay NADA más qué hacer.

Pasó el tiempo, los meses y él seguía con rabia mirándome y quedé tan marcada por su presencia, que ni siquiera sus amigos se atrevían a conversarme y vaya a fijarme en uno de ellos. ¡Es que ni se te ocurra!

Resulta que el tiempo pasó, no supe más de su presencia, estado de salud o como fuera, sé que estaba bien no más, hasta que lo veo de la mano con su nueva polola. ¿Y todo lo que decía que me amaba? ¡Puro grupo!  Para mí mejor, creo que se me quitó la mancha de su presencia y ahora por fin puedo sacarme esa culpa estúpida que me hizo sentir. Ahora que lo pienso, ni siquiera fui mala, ahora se aclara todo y se reafirma que no es para mí y me siento tan feliz.