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lunes, 31 de mayo de 2010

Mi relación con el fútbol

¿Que el fútbol es sólo para hombres?, MENTIRA. Habemos muchas que estamos interesadas en los partidos del Mundial, en acomodar el calendario futbolero con el cotidiano e intentar empaparnos del ambiente de Sudáfrica. Quedan pocos días para que la televisión se vuelva totalmente mundialera y el Blog Rosa espera que la Selección salga con todo a la cancha frente a Honduras el 16 de junio.

Hay que reconocer que no nacimos con la pelota entre las manos, por eso no muchas nos familiarizamos con los 90 minutos de partido y encontramos que es tonto ir detrás de una pelota (sobre todo cuando no se entiende) Pero también hay un dejo de que las mujeres gusten del fútbol y, sobre todo, una incomprensión por parte del hombre. Del fanático, ese que hace zapping los días domingo para ver los comentarios del fútbol nacional y gusta de la champion, de la liga inglesa, etc... y al final se queda en Mega para ver los goles del finde semana, que cambia los horarios para verte por ver un partido de Arabia Saudita con Irán (a quién chucha le importa ese partido) y que no le faltan las cervecitas en el freezer. Está tan estigmatizado ese hombre, por dios. 

 Con ese troglodita si que no podemos luchar. Pero siempre estamos las inteligentes, que mientras el neandertal presencia un partido lo bombardeamos de preguntas sin sentido como por ejemplo "¿y por qué cobró?", ¿y quién gana?" o la mejor "¿por qué estaba adelantado?", mientras él echando humito por la cabeza nos mira diciendo "tonta, cómo no caxai o si no sabi no preguntis" y luego miran al compañero de al lado "si te dije, estas mujeres no saben ná".  Ahí es cuando una se pica y le empieza a tirar mala onda al equipo y se alegra cuando va perdiendo. Si total, como dice un comercial, cuando dejan de pensar en el fútbol, van a buscarte... lamentablemente así está la cosa no más.

Hay poca tolerancia, poca comprensión con nuestro género y si metemos la pata nos miran taaaaaaaaan feo, pero también hay que ser inteligentes chiquillas y hacer las preguntas a su debido tiempo, no cuando va perdiendo el equipo y faltan cinco minutos para que termine. Recibiremos un silencio como respuesta.  Igual siempre hay alguien que está dispuesto a escuchar e incluso explicarte lo que está pasando. Son los menos, claro.

En mi caso, fue mi padre, quien desde los 5 años me llevó al estadio a ver a la U. Era un ritual cada domingo. Lo recuerdo con mucha nostalgia, almorzábamos temprano para irnos al estadio tipo 4 de la tarde, cosa de estar media hora antes de que los azules salieran a la cancha. Nos ibamos en auto escuchando "La Magia Azul" en Radio Universidad de Chile, para saber cómo estaba el ambiente en camarines y la gente afuera del estadio.  Nos estacionabamos por ahí, con los cuidadores mediante, a quien mi papá se les dirigía diciendo "hoy día va a ganar la U, lo más grande", mientras yo con mi polera azul sonreía en el otro extremo. No sé porqué pero siempre me hacía correr después de la revisión de carabineros, pensaba que iba a llegar más temprano quizás. Ahí hay que buscar los asientos, generalmente nos situábamos en galería sur, al lado de la barra. Sólo una vez, como no había espacio, nos colocamos junto al Kramer y ni te explico la experiencia. Ahí, pollitos, tuvimos que sonreirle a todo el que piteaba, pero al final todos eramos del mismo equipo y entre ellos sabían quien buscaba mocha y quien se perdía como era nuestro caso.

Recuerdo cuando disputamos la final con Universidad Católica y perdimos a penales en el 2005, lo que le dió el campeonato a la UC. Salí emputecida del Estadio Nacional exigiendo que sacaran a Johnny Herrera, que no había atajado ni una y Ponce se manda un numerito tirando pa cualquier lado la pelota. Siempre pensé que a mi papá le habría gustado tener un hombrecito pero como le salí, me tuvo que amaestrar y en verdad eso me encantó, si no no estaría esperando con tanta ansia el mundial de ahora. Qué nostalgia esos tiempos cuando él era mi hombre preferido, a quien yo admiraba profundamente. Lástima que uno crece y se olvida de lo que ha pasado.  Hoy sigue siendo mi preferido, pero no tanto como antes, hoy me interesan más los hombres que en aquella época en que el maní y la celebración de los goles era mi mejor panorama para el día de fútbol. Ahora debo reconocer que más allá de las poleras bonitas que ocupan los jugadores o las papas fritas o bebidas que me pueda comprar, no se compara con el desfile de buenas piernas que hay en la cancha, sobre todo cuando juegan con la polera de la U. Los tiempos cambian. Al final se matan dos pájaros de un sólo tiro. ¿Quién dijo que el fútbol era para hombres?, já.

2 comentarios:

  1. me encanto!!!! muy bueno el articulo! Saludos desde Argentina!

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  2. Gracias, sigue visitando el Blog Rosa!! =)

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