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martes, 11 de mayo de 2010

Uniformados

No hay mujer que no le haya llamado la atención un uniformado. No sé qué tienen que gustan tanto, que cuando transitan por la calle se roban todas las miradas femeninas y provocan celos frente a sus homólogos. Quizás sea su orden, su elegancia y prestancia para vestir, su cuerpo tonificado o esa manía que tenemos las mujeres de querer lo inalcanzable.

Todas las Fuerzas Armadas, ya sea de la Naval, de las Fuerzas Aéreas, militares, etc... nunca tienen tiempo para el amor, por eso muchas no preferimos meternos en ese embrollo. Pero no falta la valiente que imagina un mundo idílico, que le gusta la seguridad que le entrega el Estado y que piensa que algún día llegará su uniformado con el anillo en la mano para contraer matrimonio. Películas como "Dear John" y la serie "Army Wives" de Liv, en donde todos están casados con militares, son las que nos hacen soñar con ese mundo maravilloso.

Los uniformados siempre van y vienen, más van que vienen y para decidir un mundo junto a uno de ellos hay que estar bajo sus reglas. Al final, el tiempo transcurre en torno a su actividad, hasta que nosotras debemos tomar una decisión, así al menos quedó en claro en la película dirigida por Lasse Hallström que nos relata este drama. Ella lo espera, le escribe, lo aguarda, hasta que los años pasan y su paciencia se acaba, encuentra cariño en otra persona y se casa con éste. Válido, ¿cómo iba a estar esperándolo para toda la vida?, eso sí mostraron la parte bonita no más del asunto. ¿Qué hacía él cuando salía con sus amigos y se le aparecía una mujer guapa?, yo creo que ese es uno de los mayores miedos de nosotras, por eso preferimos dar un paso al lado y que cuando se dé, se dé. Más encima con la fama que tienen los uniformados y con la "necesidad" que argumentan muchos hombres... te encargo los cuernos mijita, sobre todo de los marinos quienes deben estar mucho tiempo en su hábitat.

Hay que ser bastante valiente para inmiscuirse en esa travesía, tener paciencia y, porsupuesto, confiar en la otra persona. Aunque así como existen los infieles, me ha tocado conocer quienes se dan todo por su polola y que las dos semanas del semestre que pueden estar con ella las aprovechan a full. Como siempre, hay de todo en la viña del Señor. Pero sí hay que tener clara una cosa que conlleva mucho sacrificio y un respeto mutuo para sobrellevar la distancia.

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