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jueves, 2 de febrero de 2012

¡No a los realities!

En verano la televisión se pone más estúpida de lo acostumbrado, pero como a algunos nos sobra el tiempo tendemos a seguir a la masa viendo realities y programas con muy poco contenido. Ya, seamos sinceras, CERO CONTENIDO.


El otro día estaba conversando con unos amigos en un carrete, estoy bien atareada para entregar mi tesis por lo que no tengo mucho tiempo para ver televisión así que imagínense la manera de estar colgada cuando hablaban de "Perla" o "Mundos Opuestos". Chita que está de moda esa gitana con toda la polémica que ha provocado entre su familia y el Consejo de Ancianos que la quiere desheredar por haberse ido con un hombre casado. Jajaja No tengo que ver la serie de Canal 13 para enterarme de las cosas sabrosas, sólo me basta intrusear un poco en las redes sociales o estar atenta a las noticias y me entero de las cosas. Pero cuando empezaron a hablar del segundo realitie más visto en la historia de la televisión chilena, ahí si que marqué ocupado por lo menos por media hora. Todos reían con las tallas que el ex jugador de Colo-Colo le había tirado al tal Chispa o algún otro integrante del grupo. Todos hacían gestos de cómo habían ganado la competencia y reían a carcajadas recordando ese momento y no faltaba el que lo imitaba y se llevaba los aplausos de la gente. Yo permanecía sorprendida, callada, mirando este espectáculo sin tener alguna opinión, a lo que me preguntaron ¿tú no ves el realitie? ¡Estaba muy claro, no lo veía! y un poco inocente dije "no me gusta ver realities". En verdad, no tengo tiempo y sé que si empiezo a pescar un realitie me quita inspiración para escribir para mi tesis. 
Recuerdo que vi "Protagonistas de la Fama" y "Protagonistas de la Música" cuando primaba el talento y, aunque las peleas eran buenísimas, había algo más que la fuerza de por medio. También vi el de la Cari y sus chicos, pero cuando empezó a primar "La Granja" u otros realities que más tratan de competencia de fuerza me quedé un poco atrás, se me pasó el interés por verlos y sentí que perdía mucho tiempo. Más encima, ese hibridismo tan poco claro que es algo de la realidad, pero al final es show, como que no le compro mucho, para eso prefiero ver una teleserie. Lo mismo me pasa con Perla, no le compro su cuento a pesar de que las escenas sean casi "reales", que pertenezcan a la cotidianidad del personaje y es sólo que la cámara los acompaña a todas partes. Esa seudorealidad no la comparto. 

Sin embargo, para nadie es novedad que los realities son parte de un guión, que se requiere a tal persona para que provoque este tipo de conflicto, este tipo de amorío, este tipo de enemistad. Al final, la idea suele sacar lo peor del ser humanos y exponerlo en televisión para dar "realidad" a este contexto. Pero lo que me parece más extraño es la depilación de las mujeres ¿cómo pueden aparecer todos los días así totalmente con la piel lisita, no se supone que están en el siglo pasado? Si quieren que sea REALIDAD, pues que venga con todo el paquete incluido. Y aunque quede fuera de las conversaciones, me reniego a ver Perla o Mundos Opuestos, prefiero observar desde afuera y esperar que se les pare la lengua, si total son sólo unos 45 largos minutos lo que se dedican a hablar de estos programas de verano. 

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