No me refiero a los "remember" , esos para mí no son bienvenidos. Generalmente cuando terminaba con un pololo no lo volvía a ver y jamás sabía ni de amistad, ni de "amigo con ventaja", encuentro que estas situaciones te confunden más de lo que te ayudan. Hablo de los reencuentros con esos ex que fueron especiales o que terminaron mal, en que un día vas tranquila por la calle y de pronto lo ves venir... es como para llegar a contárselo a la amiga ¿no? Pues así fue. Son como momentos adrenalínicos en que el pasado se hace presente y uno mira al cielo y dice "¿Por qué ahora?, ¿Qué significa esto?"
Si escribiera un libro, este tendría que ser el final. Puesto que lo que me pasó tiene todos los elementos para ser protagonizada por esas melodramáticas actrices de comedias de la tarde. Pero es mi historia y nadie más que yo puede actuarla mejor.
Cuando terminé con este ex que me dejó el corazón destrozado, yo pensaba que cuando lo volviera a ver, nos íbamos a reencontrar y hacer las paces, tomar algo y conversar de nuestras vidas o por último saludarnos y desear el bien. Cinco años no pasan en vano y todos los aprendizajes que tuviste con esa persona, algún cariño debía quedar o no? Por mucho tiempo, entre lágrimas, esperaba ese momento y deseaba que me viera bien; arreglada, maquillada, sonriente y ojalá ya interesada en otra persona. Y como él evitó mis llamados, el cerrar el círculo, que en un momento creí que era necesario, di por acaba la situación. Yo sabía en qué lugar me lo podía encontrar y resulta que el destino no quería que lo viera. No era el momento.
Tenían que pasar 10 años. Sí! 10 años para volverme a cruzar con él. Yo toda cambiada, embarazada de mi tercer hijo, con un coche llevando a mi hijo y mi esposo tomando al otro embrazo. ¿Se imaginan la escena?
Resultó ser un día de la virgen. Veníamos saliendo de la misa, en la cual nuestros hijos primera vez que se portaban bien y estábamos contentos porque podíamos salir los cuatro juntos. Yo llevaba en coche a mi hijo de 2 años y el de 1 lo llevaba mi esposo embrazo. Era la hora del almuerzo, el sol salía desde el este e iluminaba la calle por donde pasábamos, realmente era una mañana hermosa. Ibamos sonriendo, planeando qué haríamos al llegar a casa. Cuando vamos doblando la calle, veo venir a alguien conocido. Y no se imaginan! Era él! el que por tantas lágrimas derramé, el que tantas veces mi esposo me consoló, porque yo me sentía culpable de muchas cosas, etc... Estaba igual que siempre con su look deportivo. Yo semi arreglada, no tan bien como quisiera, pero me reconoció de inmediato. Y ustedes creen que fue a saludarme? No!, con una mirada asintió a mi saludo y bajó la cabeza como queriendo desaparecer. A mí no me pasó nada, se sintió un momento extraño pero no por él, sino que por mi esposo que captó toda la situación y después me preguntó. - "¿Quién era ese que te saludó tan culpable?" - y yo me quedé helada. ¡Cómo se había dado cuenta de la situación con tan solo una mirada! Y claro mi esposo es medio brujo, podríamos decir que al ver a una persona "le saca la foto de inmediato" Yo le dije la verdad, que era ese ex por el que tanto había sufrido.
A todo esto, ya nos habíamos encontrado con otros ex en la calle y la situación fue mucho más normal, la persona se acercó, yo le presenté a mi marido y así tal cual cada uno feliz con su vida. Por lo que yo no podía creer, que después de 10 años la culpa lo persiguiera. Igual debo confesarlo, me pasé rollos y eso me hizo pensar que yo fuí demasiado importante para él y que quizás no había tenido otra polola como yo. Sí, me dí la importancia, y yo en cambio después de él conocí al amor de mi vida, con el cual me casé. Igual preferí no darle tantas vueltas a esa idea. Pero sentí que el destino era justo, que era tardíamente justo. Tampoco digamos que estaba mal, pero ciertamente ya no era de mi gusto: seguía siendo un niño, como que se había detenido en el tiempo.
Yo tampoco soy muy madura y me veo más chica por mi cara, sin embargo me siento mujer y obvio que lo reflejo, mamá de dos hijos y una gran esposa, al menos eso dice mi marido. Que por el momento, estaba perplejo, él no es celoso, jamás me hace escenas pero primera vez que ví cómo su rostro se desconfiguraba y me dijo - "ese pelado era tu ex!"- sin embargo, yo leí entre líneas, "por esa wea sufriste tanto?. Y yo eso respondí, - "sí, ese era" Luego me siguió molestando, hasta que lo paré porque lo encontré desubicado y ahí se detuvo el tema. No es tema, por lo menos entre los dos. Para mí fue cerrar el círculo de la manera más grandiosa, cuando menos lo esperaba y cuando quizás más lo necesitaba.